No llueve. Y eso que las nubes cubrían buena parte del cielo cuando me he levantado. En contra de lo que suele ser habitual, hoy, sábado, no brilla el sol. Porque los sábados, como todo buen ciudadano sabe, es día de sol, de reivindicaciones cívicas en San Miguel y de paseos. Evidentemente, hablo de las mañanas de sábado, porque las tardes de sábado se asemejan mucho a los domingos en esta ciudad mediterránea. Aquí parece que todos intentamos matar a la semana antes de hora.
A pesar de que no ha sido una mañana de sábado como solían serlo en la época de los sueños y las charlas nocturnas, me lo he pasado muy bien. Hacía tiempo que no veía a Iván Villadangos. Lo conocí hace ya muchos meses en una clase en la que ninguno de los dos queríamos ni teníamos que estar. Y ya sé que me repito hablando de un año de Derecho. Pero, estando de nuevo en casa, uno no deja de acordarse de aquel año en que fui estudiante de Derecho.
Por suerte para ambos, ya ninguno de los dos somos estudiantes de Derecho, ni siquiera de la lejana Universitat de les Illes Balears. Y, a pesar de que Iván diga que para él fue un año en blanco, guardo un muy buen recuerdo de aquella época.
Por desgracia, el mediodía existe y las charlas terminan. Las tardes de sábado son siempre algo crueles. Oscurece temprano y te recuerdan que mañana es domingo y, quizás, tendrás que encerrarte en el coche para recorrer todo cuanto la isla te permite, comer y volver a encerrarte en el coche para regresar a casa.
Es todo siempre tan gris una tarde de sábado. Bean's cierra y es invierno. Y, encima, llueve. Lástima que me guste tanto la ciudad, mi ciudad, que, si no, es para echarse a llorar.
A pesar de que no ha sido una mañana de sábado como solían serlo en la época de los sueños y las charlas nocturnas, me lo he pasado muy bien. Hacía tiempo que no veía a Iván Villadangos. Lo conocí hace ya muchos meses en una clase en la que ninguno de los dos queríamos ni teníamos que estar. Y ya sé que me repito hablando de un año de Derecho. Pero, estando de nuevo en casa, uno no deja de acordarse de aquel año en que fui estudiante de Derecho.
Por suerte para ambos, ya ninguno de los dos somos estudiantes de Derecho, ni siquiera de la lejana Universitat de les Illes Balears. Y, a pesar de que Iván diga que para él fue un año en blanco, guardo un muy buen recuerdo de aquella época.
Por desgracia, el mediodía existe y las charlas terminan. Las tardes de sábado son siempre algo crueles. Oscurece temprano y te recuerdan que mañana es domingo y, quizás, tendrás que encerrarte en el coche para recorrer todo cuanto la isla te permite, comer y volver a encerrarte en el coche para regresar a casa.
Es todo siempre tan gris una tarde de sábado. Bean's cierra y es invierno. Y, encima, llueve. Lástima que me guste tanto la ciudad, mi ciudad, que, si no, es para echarse a llorar.
3 comments:
com bé dius no crec que hi hagi anys en blanc, ni molt menys, tots t'acaben oferint alguna cosa...
i t'incluesc al text, però a d'altre gent també, tal vegada no tot va per tu, però una petita part sí...
ja, avui he anat a nes cine amb ella i m'ha dit que te va cridar, que te'n vas uns dies a Estats Units
que vagi bé!
doncs no, però bé no passa res...quan hi vas?
si no mos topam per s'aeroport no sé ja quan serà...a mi me venen els examens ara, així que sa meva vida serà UAB al 100% (classe, biblioteca i casa)
vagi bé
Los sábados no son tan odiosos, sólo cuando despiertas en esas loables mañanas soleadas y para cuando te dispones a salir, se ha nublado. Hace bastante poco que no veo el Sol por un largo rato. En fin, no son tan odiosos.
PD: Es BEANS, sin genitivo.
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