Sunday 17 April 2011

Requiem.

El otro día pensaba que, sin lugar a dudas, el día en que estrenas lentillas es el mejor del mes. Y así, con esa idea en la cabeza, me fui por ahí, a pasear y disfrutar de estos efímeros y últimos días parisinos. Con todas las ganas de aprovechar hasta el último rayo de sol y, al mismo tiempo, con el fin de sentirme una persona utilísima, aprovechar en cafés, bibliotecas, parques o en casa para leer, estirarme al sol, tomar un vinito o simplemente disfrutar de esta primavera parisina.

Richard Descoings, el director de Sciences Po, nos escribía ayer y, después de sus palabras, yo no dejo de darle más y más vueltas a todo el sentido de estar aquí o allí. Me siento y me levanto, me vuelvo a sentar y me agobia. No ha sido hasta ahora que me he visto en la obligación de verlo justamente al revés. Hay que ser consciente de las suertes ajenas y de las posibles suertes propias, pero, deviene necesario salir de casa como si estrenáramos lentillas todos los días, para cerrar este condenado ordenador de una vez por todas. Si no, ¿de qué me sirven todas las malas noticias si no es para encontrarle un motivo más aún para sentirme afortunado, para tener ganas de seguir?

Muy profundo me veo. Pero como para no estarlo.

No comments: