Sunday, 26 September 2010

Cançó de Matinada

En París las cosas llegan como llegan. Esa es la primera cosa que he aprendido desde que estoy aquí, además de otras recomendaciones sobre cafés y cervezas. Y parece que es una afirmación sencilla y más bien banal, pues en Barcelona y en Palma las cosas llegan como llegan, aunque aquí tiene todo un trasfondo distinto. Así, el frío y la lluvia se han ido como legaron, aunque aquí todos sabemos que volverán. Pero también vienen así las noches en casas ajenas o en boîtes o en el Pont des Arts y las tardes en cafés y cines.

De todo cuanto tengo aquí en París, la imprevisibilidad es quizás lo que más me gusta.

Friday, 24 September 2010

Today I had the most incredible adventure.

Evidentemente yo no había leído el 100% cuisines bajo el nombre Ikea Vélizy. De haberlo leído hubiera ido a cualquier otro de los siete que hay en la región parisina. Porque, en realidad, poco importa que estén un poco más lejos. Cuando coges dos metros (con sus siete y once paradas respectivas), un autobús (con el tráfico que conlleva un viernes por la tarde) y andas divagando por un polígono industrial de Banlieue (perdido básicamente) porque te has bajado donde no toca porque la señal acústica del bus iba adelantada, consideras que, un poco más de esfuerzo vale la pena.

Así me planteo que, sin pena ni gloria, debería conseguir llegar mañana a otro Ikea y comprar lo que no he podido comprar hoy (es decir, todo menos una cafetera/tetera de émbolo como la de Xaviera y un termo, que tampoco me vendrá mal en absoluto).

En cualquier caso, tengo la suerte de poder decir que todo el tiempo que he estado en autobús o metro (por lo menos en la L6 que va por arriba) ha estado lloviendo y que, en cambio, cuando divagaba por Banlieues hacía sol.

Monday, 6 September 2010

Bilabial

Pa-Ba-Pa.
Una consonante bilabial es aquella que se articula juntando ambos labios en el llamado punto de articulación. Y resulta curioso, que las tres ciudades sean tan bilabiales. En Paris llueve por primera vez desde que llegué, aunque no me sorprende en absoluto, porque una semana soleada es quizás demasiado para el lugar.

París deviene una ciudad extraña y casi lejana, como si no fuera propia –que no lo es todavía–, como si no fuera real. Pero ciertamente el Erasmus ya hace casi una semana que ha empezado, cuando parece que no, que todo esto no es más que temporal –que lo es– y limitado –que también–. Aunque, efectivamente, esto no es un viaje o no en el sentido que estaba acostumbrado. París es, a su vez, Barcelona, pues una y otra no dejan de ser viajes en el otro sentido.

Mañana no puedo, il y a la grève, primera huelga francesa que vivo y, además, general.