Sunday, 26 September 2010

Cançó de Matinada

En París las cosas llegan como llegan. Esa es la primera cosa que he aprendido desde que estoy aquí, además de otras recomendaciones sobre cafés y cervezas. Y parece que es una afirmación sencilla y más bien banal, pues en Barcelona y en Palma las cosas llegan como llegan, aunque aquí tiene todo un trasfondo distinto. Así, el frío y la lluvia se han ido como legaron, aunque aquí todos sabemos que volverán. Pero también vienen así las noches en casas ajenas o en boîtes o en el Pont des Arts y las tardes en cafés y cines.

De todo cuanto tengo aquí en París, la imprevisibilidad es quizás lo que más me gusta.

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